El mismo disparo
La poesía no cambia el mundo, pero lo nombra. El mismo disparo nació de la rabia y la impotencia, al ver cómo la fe sigue justificando guerras. No es solo un grito sobre Palestina u Occidente; es sobre nosotros, sobre la historia que repetimos sin aprender. Cada símbolo, cada rezo, cada bala parece llevar la misma firma invisible. Cuánto bien…y más aún…cuánto mal…se ha firmado en tu nombre. Siglos de miedo…cadenas bendecidas…promesas